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De Padre a Padre
Vas a ser padre
¡Así que vas a ser padre! Enhorabuena. Lo sé, puede que sientas toda una serie de emociones, desde la felicidad hasta el puro terror. Recuerdo cuando mi mujer me dijo que esperábamos nuestro primer hijo. No me sentía preparado en ese momento, pero, afortunadamente, tuvimos nueve meses para prepararnos. En aquel momento trabajaba en alta mar, como oficial de navegación, pero decidí dejar mi carrera marítima y encontrar trabajo en tierra. No quería estar en el mar cuando nuestro hijo sonriera, hablara o caminara por primera vez. No fue una transición fácil, pero por la gracia de Dios, y con la ayuda de un buen amigo, encontré un trabajo decente en una agencia naviera. Estoy muy contento de haber dado ese paso, para poder apoyar más plenamente a mi mujer durante su embarazo, preparar nuestro hogar para nuestra nueva llegada, y experimentar la maravilla y la alegría de nuestro bebé recién nacido.
Espero que tú también te estés preparando para la llegada de tu bebé, con la madre de tu hijo. Dios os está dando a ambos unos regalos muy especiales. Ella recibe el don de la maternidad, y tú el de la paternidad. Me doy cuenta de que tu propia experiencia de crecimiento con tu padre y tu madre puede no ser todo buenos momentos. Si tu propia infancia fue una época dura, entonces es muy natural que dudes de tu propia capacidad para ser un buen padre, un buen marido.
Tengo tres puntos para que los consideres: una promesa, un patrón y una oración.
La promesa
La promesa es ésta: Dios nunca te dejará ni te abandonará (ver Hebreos 13:5). Él siempre estará con usted, siempre disponible para usted. Cuando las cosas parezcan demasiado difíciles de manejar, si te enfrentas a problemas que no tienen una solución fácil, debes saber que Dios está contigo, que se preocupa por ti y que su misericordia es "nueva cada mañana", como leemos en la Biblia (Lamentaciones 3:22-23). Toma cada día como viene, haz lo mejor que puedas y confía en Dios para el resto.
El Patrón
El patrón es San José, el hombre elegido por Dios para ser el esposo de la Santísima Virgen María y el guardián de su Hijo Único, Jesús. Quizá conozcas la historia de cómo José y María tuvieron un comienzo difícil como pareja. Ella se comprometió con él para ser su esposa, pero luego apareció embarazada antes de la boda, y no de él. José no sabía qué hacer, si divorciarse de María o fingir que el niño era suyo. Pero Dios le habló en un sueño y le hizo partícipe de la asombrosa gracia que suponía traer esta nueva vida al mundo (véase Mateo 1:18-25). Y José creyó a Dios, así que acogió a María en su casa y cuidó de ella y del niño durante el resto de su vida. José aprendió mucho de Dios, y de María y Jesús. José puede enseñarnos sobre el valor, la paciencia y la resolución de problemas.
La Oración
La oración proviene de otra santa, Santa Faustina. Es la monja polaca que recibió la visión de la Divina Misericordia y promovió la devoción a Jesús con ese nombre. Una de las oraciones más populares que compartió, revelada a ella por Jesús, es la Coronilla de la Divina Misericordia. Pero me gustaría recomendarles una oración mucho más corta y sencilla que ella rezaba: "Jesús, confío en ti". Yo he encontrado un gran consuelo y una gran consolación en esta oración, especialmente cuando me enfrento a una situación difícil, y no estoy segura de cómo van a salir las cosas. Me gusta rezarla tres veces seguidas: "Jesús, confío en ti; Jesús, confío en ti; Jesús, confío en ti".
Hablando de oraciones, rezo mientras escribo esta breve nota, para que, mientras la lees, dondequiera que estés, sea lo que sea que estés afrontando, te animes a dar la bienvenida al regalo de la vida que Dios te está dando a ti y a tu esposa. Que el Señor te bendiga con su gracia, te guíe con su sabiduría, te proteja con su paz y te fortalezca con su alegría. Y que siempre recuerden, en cada situación y circunstancia, que son muy amados.
Todo lo mejor para ti y tu familia,
Diácono Jon Fadely